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A la espera de que se cree un gran museo de arte "primo", un magnífico edificio situado a la entrada del bosque de Vincennes, en el sureste parisiense, alberga el museo de Artes Africanas y Oceánicas (MAAO), que ha conseguido atraer al gran público en estos últimos años. on su fachada de altas columnas de una gran pureza geométrica tras las cuales se despliegan 1.200 metros cuadrados de bajorrelieves -un verdadero "tapiz de piedra"- que representan veleros navegando hacia países lejanos, una fauna variada de elefantes , antílopes, cebús y serpientes moviéndose en un edén exótico, gentes dedicadas a sus labores cotidianas, este edificio sorprende tanto por las dimensiones imponentes de su arquitectura como por su desbordante decoración. Se diría un templo oriental reinventado por la Bauhaus. Máscaras de madera polícroma (Nigeria). Construido con motivo de la Exposición colonial de 1931 para albergar el pabellón permanente de las colonias, este palacio-museo, declarado monumento histórico, se ha convertido con los años en uno de los centros de la promoción del arte del sur. La independencia de las colonias, sobre todo a partir de 1960, supuso un cambio importante para este museo que debió adaptarse a las nuevas circunstancias. En 1962, siendo André Malraux ministro de Cultura, se le dio la tarea de conservar y valorizar las obras de arte de África y Oceanía. El MAAO cumple estas dos misiones: por un lado, organizando exposiciones temporales de gran calidad ("Valles del Níger" en 1993, "Las artes de Nigeria" en 1996, "Vanuatu" en 1997 "Bateke" en 1998 y por último "Tocados melanesios" y "El arte funerario" dos exposiciones previstas para 1999 y el 2000 respectivamente) y, por otro, exponiendo sus colecciones permanentes. Las salas de las colecciones permanentes están organizadas por regiones. En la planta baja se encuentra Oceanía. Su arte aborigen está presente en toda su profusión de formas y soportes: pinturas sobre corteza de los mitos fundadores, tjuringas (piedras preciosas) grabadas con motivos rituales, cantos pintados, esculturas de Nueva Guinea, máscaras de Nueva Irlanda. En las galerías de la primera planta, el continente negro atrae a los visitantes a través de sus máscaras y sus estilizadas estatuas, de objetos de márfil y de bronce del antiguo reino de Benin, de esculturas de madera representativas de las artes de África Central (fang de Gabón, vili y teke del Congo, kuba de Zaire, tshorwe de Angola). El visitante se queda pasmado ante la belleza hierática de una máscara guro-bete de la colección Tristan Tzara con sus pesados párpados y su rostro ovalado marcado por una intemporal fuerza anímica.
Una estética de encuentros Más allá, un arpa de varios arcos con cabeza humana de la colección Apollinaire nos recuerda que la colonización a veces favoreció encuentros que han cambiado profundamente nuestra visión del mundo y de los demás. Esta estética de encuentros se manifiesta con mayor esplendor aún en las salas dedicadas al Magreb, que como se sabe desempeñó un papel primordial en el acercamiento entre Europa y el mundo araboislámico. El museo intenta acercar a los hijos de inmigrantes a su cultura de origen. A pesar de estas obras de gran valor, durante mucho tiempo el público dejó de acudir al MAAO, sin duda a causa de su imagen de antiguo museo de las Colonias. Esta imagen tenaz provocó un descenso brutal de visitas en los años 90. Sólo lo frecuentaban algunos africanistas y... jóvenes que venían a ver el gran acuario con tortugas, cocodrilos y peces marinos (tiburones, meros, angelotes, peces mariposa, peces payaso...). Se buscó entonces la ayuda de un nuevo equipo de conservadores y se nombró a un nuevo director en 1994. Éste emprendió importantes reformas para hacer de la producción contemporánea el centro de las preocupaciones del MAAO. Al mismo tiempo se estableció una política de adquisiciones dinámica a fin de enriquecer los fondos del museo. "Gracias a esta política el museo adquirió hace poco unas bellísimas piezas nigerianas de la colección privada Barbier-Mueller", recuerda Philippe García de la Rosa, encargado de la acción cultural del MAAO. "Además, las diversas acciones emprendidas por el director Jean-Hubert Martin, en particular la eficaz campaña pedagógica destinada a los jóvenes descendientes de inmigrantes, están cambiando lentamente la imagen que el público tenía del museo". En todo caso, el número de visitas va en aumento: 134.000 en 1996, 168.000 en 1997 y 200.000 en 1998. Gracias a estas alentadoras estadíticas, los responsables del MAAO pueden ahora considerar serenamente los cinco años que les separan del traspaso de sus colecciones al futuro gran museo de las artes "primas" (véase recuadro). Haroun Bakayoko Museo de Artes Africanas y Oceánicas
Encabezamiento. El museo de Artes Africanas y Oceánicas. © A. C. Johnson. Máscara teke (África Central). © RMN. |
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